viernes, 18 de marzo de 2016

PEDRO ARIAS

¿Para qué sirve un sitio web?



En la sección anterior hemos hablado de las características de un sitio de internet en esta sección hablaremos de sus funciones. ¿Para qué sirve un sitio web? Sirve para muchas cosas pero hay tres funciones que consideramos las más importantes y fundamentales, a las que va dirigido el proyecto y las que hacen verdaderamente la diferencia. Los nombres que reciben estas funciones, seguramente, le sean familiares y así debe ser: son nombres tomados del área de trabajo del marketing. Esto, claro está, no es de extrañar dado que un sitio web en pleno funcionamiento es una herramienta demarketing de primer nivel.
Publicidad: la publicidad en internet no es igual a la publicidad tradicional. En ésta los avisos son el centro de la atención relegando al producto en sí a un segundo plano. ¿Cómo sucede esto? Veamos los dos tipos de anuncios típicos de la publicidad tradicional: los que exageran las propiedades de los productos y los que conmueven mediante su argumento. Los primeros son muy comunes de utilizar para auspiciar producto de limpieza. En estos avisos podemos ver cómo un producto X limpia más allá de lo que hubiera sido posible imaginar. Es evidente que estos productos no tienen tal poder de remoción de manchas pero así son mostrados en los avisos. El fin, claro está, no es "engañar" al público para que crea que es verdad que de una sola pasa la casa queda brillando sino presentar al producto de manera grandilocuente y generar curiosidad y agrado en el receptor. En este caso la información real sobre el producto (qué hace, qué componentes tiene, etc.) es casi nula para darle todo el espacio a la ficción y a la exageración. El otro caso es el de la publicidad que conmueve mediante su argumento. Se trata de publicidades en que se narra una historia que puede tener que ver o no con el producto que se está vendiendo. La historia busca conmover los valores más importantes el grupo meta para que al finalizar el aviso y presentar el producto toda esa emoción sea transmitida al producto: hacer que la emoción proveniente de la historia se canalice hacia el producto que no tuvo ninguna participación en la generación de tal sentimiento.

Por ejemplo, había una publicidad de un whisky muy famoso que presentaba a un androide hablándole a la cámara. Con un buen guión y una muy buena fotografía el comercial televisivo presentaba la historia de este androide (contada por él): se decía que podría vivir por siempre y que nada acabaría consigo mientras no se descomponga, pero el robot estaba triste, tenía una añoranza que se muestra al final. Termina diciendo algo así como "yo puedo ser eterno mientras no me descomponga pero un hombre puede hacerse inmortal con un solo acto grandioso". Acto seguido se mostraba la botella y el logo de la marca de whisky. Era un anuncio muy bueno y efectivo y nos sirve perfectamente para ilustrar cómo el producto está completamente escindido del aviso que lo promueve: este aviso del androide hubiera podido ser utilizado para una increíble variedad de productos sin el más mínimo cambio en su configuración.

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